Regla de San Benito

Valdemorillo, 2024
Estuche 20,5cmx20,5cmx6’5cm
Reloj de Sol 20cmx20cmx3cm
Libro 20cmx20cmx2cm

El estuche contiene un libro objeto que representa un reloj de Sol de bolsillo manipulable mediante un volvelle -muy utilizado en libros medievales como una forma primitiva de computación analógica- y utiliza como base la brújula con una reproducción del grabado en madera del séptimo día de la Creación del Universo descrito en el Génesis, según Hartmann Schedel (1444-1514), constatando así que una vez creado y ordenado el cosmos, la sombra que proyecta el cordón iluminado con la luz del Sol, permite al observador conocer las horas del día.

En el otro libro contenido en el estuche-cosido con encuadernación secreta belga -, tras una breve introducción a las Horas Canónicas, se muestran imágenes tomadas de internet con momentos cotidianos de la vida en comunidad en conventos y monasterios. Las reglas nemotécnicas malapriter y sexnoviscom, que no son vocablos del latín, determinan las horas canónicas atendiendo a la distribución:

• MAITINES: medianoche
• LAUDES: al amanecer, habitualmente sobre las 3:00
• PRIMA: Hora en la que sale el sol, aproximadamente las 6:00 de la mañana
• TERCIA: Tercera hora después de salir el sol, las 9:00
• SEXTA: mediodía, a las 12:00
• NONA: sobre las 15:00
• VÍSPERAS: tras la puesta de sol, habitualmente sobre las 18:00
• COMPLETAS: antes del descanso nocturno, las 21:00

Obra única.

La obra intenta hacernos reflexionar sobre el concepto de tiempo.

En la Edad Media, sin la existencia del reloj, las mediciones del tiempo no eran exactas y el día no se dividía en 24 horas de sesenta minutos todo el año, sino que repartían el tiempo de luz y oscuridad del día y la noche. Las horas de verano eran más largas que las de invierno, ya que la luz en verano permitía tener días más largos. A principios del siglo VI d.C. San Benito de Nursia, fundador de la orden Benedictina, propone establecer una regulación horaria para aprovechar la luz solar y conseguir un equilibrio entre trabajo, meditación, oración y sueño en la vida comunitaria de los monasterios. Así nace la Liturgia de las Horas, que está contenida en la Regla de San Benito, y que recoge un conjunto de normas para la vida comunitaria de monasterios y conventos. Aunque la aparición del reloj y la luz artificial lo cambió todo -haciendo que las horas fuesen siempre exactas e idénticas-, la regla de San Benito sigue regulando los horarios de conventos y monasterios en la actualidad.